Desafortunadamente, como seres humanos solemos enfocarnos en las cosas que creemos que no podemos hacer, en lugar de pensar en las cosas que sí. Por lo tanto, nunca comenzamos a hacer cosas muy ambiciosas como la de emprender un proyecto o negocio.

 

¿Te has sentido de esta manera anteriormente? ¡Pues hoy llegó el día en que dejamos de pensar de esta manera! Para lograrlo, te compartimos esta lista con 5 excusas que siempre nos ponemos a nosotros mismos cada vez que nos llega la idea de emprender algo nuevo, para que las puedas sacar fácilmente de tu cabeza en el momento en que alguna de ellas intenta arruinarte el día.

 

  1. No tengo experiencia

Para comenzar a emprender no necesitas de mucha experiencia, pues casi nadie la tiene. Muchos de los emprendedores más exitosos han aprendido lo que saben por medio de la práctica. Trata de ver tu falta de experiencia como algo positivo, pues serás capaz de ver las cosas nuevas de una manera diferente e innovadora en comparación a alguien que ya lo sabe todo.

 

  1. No tengo el tiempo

Comenzar un negocio nuevo toma mucho tiempo y dedicación, en eso estamos de acuerdo. No obstante, si las personas que lo han logrado tuvieron el tiempo, ¡tú también lo tienes! No tienes que dedicarte un mes entero para planear todo y olvidarte de todas tus responsabilidades. Una buena idea puede nacer en tu descanso para comer, quizá tomándote un poco de tiempo antes y después del trabajo o fines de semana. ¡Solo tienes que tener voluntad!

 

  1. No tengo el dinero

La verdad es que vivimos en una era en la que emprender nunca había sido algo tan accesible. Si eres inteligente, puedes optimizar cosas para hacer más, con menos. Si buscas empleados, pero no buscas gastar demasiado, quizá podrías darle su primer oportunidad de trabajo a universitarios para que te ayude. También puedes buscar apoyos del gobierno, inversionistas o utilizar herramientas como el crowdfunding para fondear tu proyecto.

 

  1. Proteger la idea es caro y difícil

Puede que comenzar una compañía nueva sea algo complejo, como llenar patentes, registrar tu marca, etc. Pero si hay algo en lo que sí deberías ocuparte por cumplir es registrar tu patente, pues al registrar tu idea por un largo periodo de tiempo, lo que te dará el tiempo suficiente para poder ocuparte de todo lo demás.

 

  1. No sé cómo producir mi idea

¡No te adelantes! Antes de comenzar a ver opciones para ver si es posible crear prototipos de tu idea, debes estar seguro de que existe un público al que le pueda interesar. Puedes comenzar con algo tan simple como hacer hoja de venta. En esta puedes incluir tu declaración de beneficios, una representación gráfica de tu idea, así como información de contacto. Después procede a mostrársela a posibles inversionistas, si están interesados, es señal de que tu idea puede realizarse.

 

¿Tienes el entusiasmo para comenzar una startup? ¡No dejes que el miedo y las excusas te detengan!

 

Fuente:

Entrepreneur